La advertencia de Jorratt: “La reforma tributaria es deficitaria para las cuentas fiscales en US$ 1.200 millones”
Propone eliminar las exenciones a ganancias en bolsa y bienes raíces, e igualar el impuesto a las herencias con el Global Complementario (35%).
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Michel Jorratt sigue muy de cerca por estos días el debate de la reforma tributaria. El exdirector del Servicio de Impuestos Internos (SII) fue uno de los ideólogos del sistema impositivo que rige desde 2014 y se muestra crítico de las modificaciones que propone hoy el Ejecutivo, principalmente la integración entre el impuesto corporativo y el personal.
Próximo a lanzar su consultora Jorratt y Asociados, el ingeniero será uno de los principales expositores del seminario “Evolución Tributaria en Chile” este jueves, organizado por la U. Adolfo Ibáñez, Sapag & González Abogados y Diario Financiero.
- El informe de los expertos que asesoran a la oposición fue duro con las compensaciones que propuso el gobierno, calificándolas de insuficientes. ¿Coincide?
- Sí, lo comparto. Me parecen insuficientes las compensaciones, considerando que el actual proyecto de ley es deficitario en unos US$ 1.200 millones.
- ¿Tan así? ¿Por qué?
- Creo que el informe financiero tiene tres errores: el primero, que le asigna US$ 1.181 millones de recaudación a la boleta electrónica, que siendo una excelente medida y en la que avanzamos cuando yo fui director del SII, no va a recaudar.
Lo segundo es que le asigna US$ 250 millones al impuesto del 10% para los servicios digitales, pero la experiencia de los otros países de la región y un estudio de Hernández y Albagli de Clapes UC, indican que la recaudación es mucho menos, en torno a US$ 20 millones.
Además, hay un conjunto de otras medidas que no han sido incorporadas a los costos -por ejemplo, los cambios al impuesto a la herencia y la nueva categoría de gastos aceptados para la renta-, por lo que lo propuesto por el gobierno es insuficiente en términos recaudatorios y en progresividad.
- Hay mucha distancia entre un déficit de US$ 1.200 millones y un alza en la recaudación fiscal de US$ 420 millones que estima Hacienda en régimen...
- Sí, es un forado nada menor. Y parte creo que proviene de un error conceptual cuando Hacienda estimó el impacto de la boleta electrónica.
Me refiero a que compararon cosas nada que ver, como cuando dicen que esto tendrá el mismo efecto que tuvo la factura electrónica. La boleta electrónica no permite hacer controles de compras y ventas como sí lo hace la factura.
- El gobierno recalculó a la baja el impacto de la recaudación por boleta electrónica. ¿Hacienda debe volver a hacerlo?
- Sí, porque no han rectificado el problema de fondo, no han querido reconocer que hay un error de fondo. Cuando el director del SII, Fernando Barraza, explicó en el Congreso cómo se recaudaría, no hablaba de la boleta sino de los controles que se pueden hacer en línea, pero que son cosas que ya se pueden hacer hoy. Nada de esto tiene que ver con la boleta electrónica, sino con cosas que la tecnología va a permitir en el futuro, da lo mismo que haya o no haya boleta electrónica.
¿Cómo lograr la progresividad?
- La oposición pone como condición para aprobar la idea de legislar que los más ricos no bajen su carga tributaria.
- De lo que ha propuesto el gobierno, creo que el IVA a los servicios digitales es progresivo, pero está lejos de compensar la pérdida de progresividad de bajar la tributación a las rentas empresariales.
El aporte de 1% en favor de las regiones también debe ser progresivo, porque es equivalente a subirle el impuesto de Primera Categoría entre 0,8% y 1,3% a las empresas. Pero, por otro lado, le están bajando la carga al mismo grupo en 9,45% con la reintegración.
Veo más factibles tres medidas para compensar: eliminar las exenciones a las ganancias de capital, tanto para acciones como bienes raíces; gravar las herencias y donaciones con Global Complementario, eliminando el impuesto a herencias y donaciones; y aplicar el Global Complementario sobre las rentas familiares en lugar de individuales, ajustando por la renta per cápita, lo que evita mucha elusión que existe hoy al dividir rentas entre matrimonios e hijos.
- Los técnicos de oposición pidieron mantener la integración parcial para las grandes empresas. ¿Se puede aplicar algo así?
- Siempre digo que la reforma que se aprobó el 2014 no era la que me habría gustado, pero tampoco es una reforma mala, compleja o que no esté funcionando. De hecho, aún no está 100% en marcha y uno ve que no hay los mismos reclamos de parte del Colegio de Contadores este año. Los cambios ya están incorporados en cierta medida en los especialistas.
Los ajustes que propone el gobierno no van en la línea de simplificar el sistema tributario, sino en la de reducir la carga de los empresarios de más altos ingresos.
Ahora, respecto a mantener la desintegración para grandes empresas, algo así podría ser una salida para destrabar la reforma, ya que lo que pide la oposición es algo que pasa en el resto del mundo. Los sistemas semi integrados en casi todos los países de la OCDE funcionan para las sociedades anónimas, mientras el resto de las compañías tienen sistemas como el de renta atribuida. Entonces, dejemos el semi integrado para las SA abiertas.
- El gobierno no quiere saber nada con la renta atribuida...
- Sí, por eso podría proponer lo siguiente: igualar las tasas de impuestos a empresas y personas en 30%-35% y que los socios tributen como quieran: en base a retiros o en base devengada, pero con integración total. Eso sería progresivo y simplificaría. Habría un solo sistema y se eliminarían los registros de rentas empresariales.
Ahora, una crítica que surgiría en esta propuesta es que una tasa de impuesto a las empresas de 30%-35% sería muy alta en el contexto internacional. Pero si se junta con un sistema de depreciación acelerada, esa percepción cambia ya que la carga efectiva sería menor para la empresa. Un dato: una tasa de Primera Categoría de 27% con un régimen de depreciación acelerada que permite depreciar un tercio de la vida útil, es equivalente a una tasa de 18%.
"El aporte de 1% para las regiones es un impuesto, hay que decirlo como es"
- La oposición ha insistido en separar el proyecto de reforma tributaria para avanzar en el trámite, con una agenda corta con cambios a PYME y boleta electrónica, y debatir a futuro la integración. ¿Es razonable?
- Me gusta esa idea. ¿Por qué? Hay muchas cuestiones que pueden aprobarse hoy fácil, pero me gusta también la idea de que si vamos a cambiar de nuevo el régimen de tributación, que eso surja de una comisión técnica y no de opiniones políticas que tienen poco sustento. El gobierno haría muy bien si forma una comisión de expertos y que analice el tema, se demore lo que se demore, para así tener un sistema tributario para los próximos 30 años.
- ¿Qué le parecieron en el detalle las compensaciones que presentó Hacienda, como igualar al IVA el Impuesto Digital y establecer un aporte de 1% en favor de las regiones de parte de los proyectos de inversión?
- Igualar con IVA el impuesto a las plataformas es lo correcto y se está corrigiendo un error en esa materia, ya que un impuesto específico de 10% no va en la línea de lo que está haciendo el resto del mundo.
Lo del 1% en favor de las regiones es bueno, no se mete con la idea de establecer impuestos regionales, que es algo complicado porque puede generar competencias entre regiones. Ahora, ese impuesto es equivalente a subir en alrededor de un punto la tasa de Primera Categoría, con la diferencia de que no sería acreditable en el Global Complementario. Pero no me desagrada esa idea, el problema es que no resuelve los inconvenientes de recaudación y progresividad que hay que lograr.
- ¿El 1% debería tratarse como un impuesto?
- En la medida que hay un pago obligatorio sin contraprestación, es un impuesto. Esto cabe dentro de una definición de impuesto. Que lo consideren en parte gasto necesario para la renta es una manera de explicarlo, pero al final del día es un impuesto, hay que decirlo como es. En el fondo, la empresa está obligada a pagar ese 1%, a pesar de que pueda descontarle el 0,27%.